Caracas| José Visconti, un periodista eclesiástico
Botándola de Jonrón con un lápiz y un papel
Ser un venezolano con más de 40 años de experiencia no sólo en el área deportiva, también en el ámbito religioso y en la escritura, con un trayecto tan humilde como profesional
Un hombre robusto que ha sobrevivido a 3 tratamientos para el cáncer le sonríe a las cámaras y transporta a todos quienes lo ven y lo escuchan al campo de juego. Menciona a los jugadores, explica las jugadas y celebra las victorias de tal manera que al salir del estudio se encuentra a aquellos aficionados del deporte que siempre lo saludan e incluso le preguntan quién ganará la temporada sólo para oír su voz y seguir viviendo el momento del partido.
José Visconti es un venezolano al que le encanta leer y releer, incluso textos que critican y cuestionan los dogmas eclesiásticos. El olor de un libro le fascina, ya sea viejo o nuevo, pero más le gusta recordar cuando en algunos momentos de su vida conoció en persona a varios de sus escritores preferidos e incluso cuando entabló una pequeña conversación con ellos.
Todo inició en el sector popular “El Cementerio” en un barrio de familias europeas. Los Visconti eran una familia muy unida y trabajadora. El señor Rafael Visconti (padre de José Visconti) trabajó durante años en un concesionario automovilístico ubicado al lado de los estudios de Radio Caracas Televisión (RCTV). Incluso en la actualidad, en esa vieja casa familiar, hay unas escaleras de caracol pertenecientes a ese canal.
Un tiempo después viven en el sector “Los Rosales”, en una casa construida por su propio padre. Por un tiempo también vivieron en Naiguatá, pero esa última no fue tan importante como lo son las otras 2.
En una familia de 6 hermanos, José tenía mucho contacto con su papá, que además trabajaba también como cobrador y tenía gusto por la pesca. Los fines de semana bajaban con un amigo suyo a la Guaira y en múltiples ocasiones viajó con su padre por el interior del país en las cobranzas, supuestamente por su mal comportamiento.
De niño, aparte de leer revistas y libros ya se acercaba a la palabra de Dios, incluso jugaba a que pronunciaba la santa misa con sus hermanos. Su fe lo lleva a crecer como seminarista en la misma institución donde se forja la Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR). Esto le produce gusto y menciona, que llevar 52 años en ese lugar lo convierte en un segundo hogar.
Durante sus años de seminarista leía un periódico eclesiástico titulado “La Religión” y a través de ese diario conoció a quien sería su ídolo y uno de sus principales exponentes para entrar al mundo del periodismo, monseñor Pellín. En el año de 1966 se convierte en la primera persona con un rango menor a sacerdote en escribir en este.
En los años 70’s abandona el seminario y entra a la Universidad Central de Venezuela para estudiar periodismo con formalidad y conoce a su futura esposa y compañera María Teresa País, un año después de ingresar en la carrera. Al año de conocerse contraen nupcias y comienzan a trabajar juntos en el periódico “La Verdad”.
Una vez graduado comienza a ejercer su profesión en diarios como “El Universal” y “Meridiano”. En ese último se le presenta una oportunidad única que le abre las puertas a su imagen pública en los años siguientes. José Visconti se volvió el primer reportero deportivo en el formato televisivo de “Meridiano TV”. Junto a eso se vuelve director y fundador de ese nuevo canal y comienza a ser reconocido a nivel nacional.
El deporte lo llevó a otros países en varias ocasiones, ya siendo baseball, futbol o cualquier otro que le tocara en algún medio impreso, radial o televisivo. Acompañó y entrevistó a varios deportistas que se estrenaban en el exterior, pero en esos viajes no todo era deportes. Confiesa que en múltiples ocasiones compró muchos libros que no llegaban al país y que se encontró con unos cuantos escritores en los eventos que iba a cubrir.
Años más tarde vuelve a su pasión por la religión cristiana y comienza a trabajar en artículos y noticias de ese género. Es ahí cuando consigue la oportunidad de conocer y ver, cara a cara, al papa Juan Pablo II en las dos ocasiones que pisó suelo venezolano. Pero fue en la segunda visita del pontífice donde tuvo la posibilidad de conocerlo mejor e incluso acompañarlo por toda Latinoamérica, ganándose el título de “La representación de Dios en Venezuela”.
María Teresa País también se convirtió en periodista deportiva y fue una de las primeras mujeres en presentarse frente a las cámaras y micrófonos para realizar noticias en radio y televisión. El amor que creció en ambos no solo fue por su gusto al periodismo, también por su fe. Quien los casó fue el padre Jesús Crespo, un amigo cercano a ellos. De ese matrimonio nacieron sus 2 hijos: Armando y Claudio Visconti.
José admite que desde pequeños les enseñó a sus hijos a formarse como lectores y hombres de fe, pero les dio total libertad ante ello pues nunca los obligó a ir a alguna misa, además de que muchas veces se iba del país para cubrir un evento y era María Teresa era quien se encargaba de cuidar y mantener a los niños.
En los 80’s sucede algo que marca la vida de la familia Visconti. La muerte del Sr. Rafael Visconti durante un examen médico. Con alrededor de 80 años, se realiza un examen médico cuando se le detecta un tipo de alergia al Iodo inyectado en todo el cuerpo para la realización de esas pruebas. Sus hijos aún pequeños cuando esto sucede crecen con la figura de su abuela quien muere unos 20 años después.
En el año 2001 se le ofrece el trabajo de profesor en la UCSAR para el sector eclesiástico, pero con el paso de los años pasó a ser profesor y fundador de cátedras de periodismo eclesiástico y casi al mismo tiempo comienza a dar clases también en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de periodismo.
Trabajó durante 20 años con “RCTV” en un espacio dedicado a la iglesia cristiana hasta el cierre del estudio, pero aun así se mantuvo en el trabajo de “Meridiano TV” con quien lleva mucho tiempo, al igual que con la emisora “Radio Capital AM”.
Es en los últimos años cuando se retira de “Meridiano TV” y comienza a trabajar en el grupo 6to Poder, dirigiendo el sector deportivo, que le dedica más tiempo a las clases en la UCSAR y a sus nietos durante los fines de semana. Pero la vida le ha presentado un grave problema alrededor de ese tiempo.
Ha luchado 3 veces contra el cáncer y eso lo ha deteriorado física y mentalmente. Junto a todo eso hay que agregarle que ha tenido diferentes operaciones importantes en su vida.
Es aún más reciente su incorporación al semanario “El Heraldo”, donde es director e imagen publicitaria del mismo. Con el pasar de todos esos años, ha sido galardonado con una gran lista de premios y condecoraciones por su trayectoria periodística en el país.
Él admite que no le importa cuántos premios o felicitaciones le entreguen, pues para él, el objetivo es aprender y conocer más. Considera que ese es el camino que le ha preparado Dios, por lo cual es muy difícil aseverar qué planes puede tener a futuro.
La única cosa que espera con ansias en el futuro próximo es poder bajar a la Guaira, ir a casa de su hijo Armando durante el fin de semana para compartir con sus nietos y que quizás lo más importante que le han podido decir es: Abuelo.
Al final, siempre tiene una sonrisa de oreja a oreja para todo aquel le salude y le estreche la mano, además de una inmensa cantidad de conocimiento y anécdotas que le permiten manejarse en cualquier tema de conversación. Quizás lo más interesante es que José Visconti siempre viste de manera formal como si fuera a entrevistar a alguien más dentro de su lista de grandes músicos, políticos, escritores, filósofos, deportistas, historiadores y muchos otros más que según él han sido coincidencias y que son la parte que más se ha disfrutado de su vida. Por eso, le estará eternamente agradecido a Dios.